En el año 1999 los Prof. Arceluz, Andrenacci y Hurtado conformaron Andarcel SRL, cuyo principal objetivo fue la creación de un Instituto Superior de Formación Docente que contemplara entre sus objetivos el Profesorado y / o Licenciatura en Educación Física y Tecnicaturas con relación a la actividad física y al deporte; con características distintas que posibilitan el cursado de las carreras en turno vespertino, terminando con las limitaciones horarias que tiene la gente que trabaja durante el día. Esto termina con la discriminación que les impide el acceso a estudios superiores.
Andarcel SRL inicia sus actividades con un Curso Nacional de Fútbol que se desarrolla durante cinco fines de semana de mayo y junio de 2001, contando con destacados disertantes.
Es así que a través de gestiones iniciadas el 25 de Junio de 1999 en el expediente Nº 00401-0106560-7, y, habiendo cumplido con los requisitos de la ley Nº 6427 según Disposición Nº 0809/03, el Instituto Superior Particular “Juan Enrique Pestalozzi” abre sus puertas en el mes de octubre de 2004, quedando supeditada la autorización definitiva al cumplimiento del ap. 3º inc. a) del Decreto Nº 2880/69, Resolución 041/99, designación de personal que reúna los requisitos de ley para cubrir los cargos de Director y docentes según lo estatuido en los Decretos Nº 2756/86 y 3197/03, actualización de los contratos de locación celebrados y cumplimiento de las exigencias municipales.
Habiendo cumplimentado todos los requerimientos, el 4 de Abril de 2005 se obtiene la autorización definitiva a través de la Disposición del Servicio Provincial de Enseñanza Privada Nº 194/05, de fecha 6 de mayo del mismo año, que le asigna el Nº 4089, destacando que dicha autorización se enmarca dentro de una política educativa que alienta la iniciativa privada.
Luego de tres años de funcionamiento, habiendo presentado la documentación solicitada a través del Protocolo PEI correspondiente a la Resolución Nº 63/97 del CFCyE, se nos informa la obtención de la Acreditación Plena mediante el Dictamen Nº 02/07.
Inspirados por un espíritu superador y basados en los objetivos del Ministerio expresados en el Plan 926/80 que establecía la necesidad de «elevar el nivel de formación de los recursos humanos que demandan las actividades de la especialidad en el sistema educativo formal y en ámbitos que escapan al mismo y optimizar el desenvolvimiento de los institutos del profesorado de educación física», se decide la creación de una nueva institución en la ciudad de Santo Tomé, la cual, carecía de institutos de formación docente, teniendo una población de 70000 habitantes aproximadamente.
En función de lo anteriormente mencionado, la institución construyó las bases sobre el perfil profesional que traza el nuevo Plan aprobado por el Decreto N° 0696/01, apuntando a formar un docente,
- «Formado para ejercer el rol pedagógico específico en el medio escolar y no escolar.
- Fundamentado científicamente en las disciplinas relacionadas con la . motricidad humana y su educación.
- Capacitado técnica y didáctica mente para actuar en los ámbitos de la educación formal y no formal.
- Formado motrizmente para el desempeño adecuado de su labor técnico-docente.
- Capacitado para conducir grupos humanos con sentido democrático, integrador e incentivador del crecimiento.
- Formado para la investigación y el estudio permanente de la problemática de su campo profesional.
- Formado para orientar la preservación de la salud.
- Concientizado de ser generador y/o transmisor de la cultura.
- Capacitado para asumir su rol de promotor de la actividad física.» …
El espíritu que alienta al Instituto no se circunscribe solamente a la formación de profesionales de Educación Física sino también a formar responsables en los aspectos individual y político, procurando exaltar las obligaciones del hombre para consigo mismo y para con los demás, tratando de alentar la unión familiar, el sentido de respeto de los hijos por los padres, la comunicación sincera entre padres e hijos, destacando la función social de la familia fortalecida que como pueblo sepa comprometerse cumpliendo con la misión de velar por los principios éticos.